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El costo de propiedad de un vehículo representa, después del de la vivienda, el segundo mayor costo que afrontan las personas que viven en España. Hoy en día, sin embargo, existen otras opciones a la compraventa que pueden resultar no solo más asequibles, sino también más beneficiosas. En este artículo, encontrarás información sobre las opciones de renting y leasing de coches.
El renting es un tipo de contrato de alquiler de un coche por un período de tiempo determinado, que en general va de los 24 a los 60 meses. En este tipo de contratos, el cliente paga una cuota mensual fija que incluye todos los gastos relacionados con el coche, como el seguro, el cambio de neumáticos, el mantenimiento ordinario y las reparaciones que fueran necesarias. Cuando finaliza el contrato de renting, el cliente puede prorrogarlo o bien devolver el vehículo a la empresa de renting.
El leasing es otro tipo de contrato de alquiler de vehículos que tiene la particularidad de ofrecer la opción de compra del vehículo al final del período del contrato. Si bien nacieron como contratos para clientes corporativos, hoy en día también se ofrecen algunas soluciones para clientes particulares. En este tipo de contrato, los derechos y las obligaciones de propiedad pasan de la empresa de leasing al cliente, que se convierte en propietario del vehículo por un tiempo determinado (al menos dos años), pagando una suma inicial y luego cuotas mensuales. Al final del contrato, el cliente puede comprar el vehículo abonando el valor residual o, como alternativas, renovar el contrato o bien devolver el vehículo.
La principal diferencia entre los dos tipos de contrato, considerando lo que explicamos más arriba, es la posibilidad que ofrece el contrato de leasing de comprar el coche al final del período establecido abonando el valor residual estipulado en el contrato. Esto determina una diferencia sustancial, que es que, en los contratos de leasing, el cliente es propietario del coche durante la vigencia del contrato.
Esto implica que todos los costos relacionados con el vehículo corren por su cuenta, entre ellos el costo del seguro, que es obligatorio para la firma del contrato, y los costos de mantenimiento y asistencia. La ventaja de los contratos de renting con respecto a los de leasing es que es la empresa de renting la propietaria del vehículo y, como tal, se hace cargo de todos esos costos de propiedad, por lo que el cliente no debe preocuparse por nada.
Para determinar cuál es la mejor opción, es preciso tener en cuenta las características particulares de cada caso. Un contrato de renting puede ser una buena idea si se busca una solución flexible y sin complicaciones, principalmente a corto plazo. Un contrato de leasing, por su parte, resulta conveniente más a largo plazo, si se contempla la posibilidad de comprar el coche al final del contrato.
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